De pronto…

De pronto…

Por Radelies Amill Hernández

Cuando solo era una pequeña indiecita

caminando por las calles de mi barrio,

yo cantaba.

De pronto,

sé lo hermoso que es

una taza de café,

una tarde de lluvia,

leer un buen libro,

escribir,

una cama en compañía,

una conversación extensa,

tener buenos amigos.

Ya crecí.

Hacia otra orilla…

Hacia otra orilla…

Radelies Amill Hernández

“Y vivo un espacio lleno de mí

que también tiene algo de vos…”
– Gioconda Belli

El tiempo me llevó hacia otra orilla,

hacia tu orilla, hacia el borde de tus deseos.

Siento dejar las horas pasar, los días pasar,

siento dejarte ir como ola en el mar.

Y hoy ando caminando y escribiendo,

aguantando palabras en la boca para no herir.

Mientras que este frío va enterrándose en mis huesos,

y mi mente, aún débil, pasea entre deseos y miedos,

ocupada, entendiendo los porqués que ya son tantos, y no son nada.

Y no debería mirarte, y no debería entenderte, y no debería escucharte.

Sé que debo cambiar, ser algo así como estaciones, que ya llegó la primavera y ya se va.

Pero me siento naciendo apenas, conociendo apenas, queriendo apenas.

Perdiéndome en tus ojos que se mezclan, que se cuelan dentro de los míos.

Y sobrevivo a tu distancia, sobrevivo a tus anhelos junto a quien no soy.

Y ya no quiero esperar más, porque la espera es un solitario encuentro con el reloj.

Y solo espero que no te hayas ido para siempre…